BALLESTEROS SAN JOSÉ, PLÁCIDO
Las conclusiones del presente estudio son en vardad sorprendentes. A título de ejemplo el lector descubrirá que Alvar Fáñez no fue el lugarteniente del Cid. En realidad solo acompañó a Rodrigo Díaz, El Campeador, en sus aventuras y desventuras literarias.
En estas páginas se pone de manifiesto que su verdadera trayectoria histórica estuvo muy alejada de la popularmente transmitida en las crónicas medivales cristianas, influidas desde muy temprano por cantares de gestas, y recogida por toda la historiografía tradicional hasta prácticamente nuestros días. Las fuentes documentales conservadas de los reinados de Fernando I, Alfonso VI y doña Urraca, así como los textos de los autores musulmanes coetáneos o más próximos a su época (que en algunos casoso sólo se han conocido al completo a lo largo de la segunda mitad del siglo XX), permiten hoy una revisión seria y rigurosa de los hechos protagonizados por Alvar Fáñez y los restantes personajes del periodo.
Ese es ahora un objetivo cumplido: a lo largo de los diversos apartados en los que se ha organizado el presente estudio se ha ido dibujando el verdadero perfil histórico de un auténtico héroe: Alvar Fáñez.
Un análisis exhaustivo de todas las fuentes históricas, tanto narrativas como documentales, localizadas hasta ahora sobre nuestro personaje, nos permite afirmar que aquel infanzón, con posibles orígenes familiares en el valle burgalés de Urbaneja, fue el principal colaborador de Alfonso VI en el nuevo reino de Toledo tras la conquista en 1085. Luego, durante los años de guerra civil que se vivieron en los reinos de León y Castilla tras la muerte de Alfonso VI (1109), Alvar Fáñez quedó convertido en la práctica en lider solitario de los territorios de la frontera del Tajo, donde consiguió hacer frente a los sucdsivos intentos almorávides de recuperar Toledo, salvando para la cristiandad europea el nuevo reino.