ROACH, MARY
Las macabras entidades que integran el dramatis personae de la última obra de
Mary Roach figurarían, sin lugar a dudas, entre las más infelices que pueda
concebir la fantasía si no fuera por la penosa circunstancia de que no son hijas
de la imaginación. Pese al escalofrío o
el desaliento que invade al delicado lector tras un primer acercamiento a tan
lúgubre materia, la lectura de estas páginas acaba provocando involuntarias
sonrisas y recias carcajadas. Porque Fiambres es una exploración contagiosamente
alegre de las crueles diligencias practicadas con algunos de nuestros cuerpos
cuando, una vez exhalado el último suspiro, los abandonamos a su suerte en
los escatológicos umbrales de la tumba: cadáveres abiertos en canal y en el altar
de la ciencia, difuntos que contribuyen al progreso de la medicina con los
genitales perforados o los ojos extraídos, fiambres arrojados desde aviones o
cosidos a balazos para verificar la eficiencia de nuevas armas, despojos crucificados
como Nuestro Señor o devorados por gusanos, materia inerte que alcanza por
fin la transubstanciación en forma de abono... Por muy gris que haya sido su
existencia en este valle de lágrimas, cualquiera puede redimirse post mortem
e incluso, con un poco de suerte, incorporarse a la grandiosa epopeya del
conocimiento humano: "Un tipo de lo más normal que decide donar sus
órganos puede convertirse, de repente, en un héroe". La intrépida Mary Roach
ha escrito con morbosa erudición e irreverente ingenio una obra que se adentra
en el más allá para mostrarnos el lado más visible y deplorable de la otra vida.