SOTELO, JUSTO
Nora Acosta, una profesora universitaria de literatura, que está escribiendo un ensayo sobre el futuro de la novela, entra una mañana en una librería del centro de Madrid, en la plaza Santa Ana, y, a partir de ese instante, su vida cambia radicalmente. Allí conoce a Sergio Barrios, el joven librero, del que le separan casi treinta años, y en seguida se enamora de él. Luego aparecen los amigos de Sergio, que contribuyen a convertir la vida de Nora en una especie de película de Woody Allen, ya que no dejan de contar historias que acercan la novela al terreno de la oralidad.
La trama sigue, entonces, el camino de la recuperación del padre de Sergio, que todos piensan que ha muerto violentamente en La Habana, en el Malecón, así como del verdadero sentido del amor para Nora. Si para el amor no hay edad, tampoco debe existir para la literatura.
'Las mentiras inexactas' es una reflexión sobre el significado de la literatura en tiempo de crisis económica y espiritual, que juega con multitud de espejos, desde la relación Nora Acosta / Norah Lange (el gran amor de Borges y Girondo), y la última poeta viva de la generación del 27, hasta los pasadizos interiores utilizados por Murakami y Cortázar en sus novelas y cuentos. Pasando por el significado de la Nora de Ibsen y su casa de muñecas, y llegando hasta la prepotencia de la juventud que siempre quiere llevarse la vida por delante, como escribió Gil de Biedma.
La banda musical de la novela es la de Jetrho Tull, con 'Aqualung' y 'Thick as a brick'.
Justo Sotelo nació en Madrid. Es profesor universitario, catedrático de Política Económica es licenciado y doctor en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, y máster en Estudios Literarios y Literatura Española, con la única tesis escrita en español sobre Haruki Murakami.
En 1995 publicó su primera novela, 'La muerte lenta', y dos años después 'Vivir es ver pasar', que fue finalista en los premios Sésamo y Ateneo de Sevilla. En 2006 vería la luz 'La paz de febrero', una novela que en palabras de Juan Ángel Juristo "deja una impresión similar a la que nos asaltó en su día cuando nos topamos con narraciones como 'El extranjero' y 'Retrato del artista adolescente', o con muchas que tenían las buenas cualidades de la literatura norteamericana de preguerra, tiempo de invención de antihéroes modernos difíciles de olvidar y que han condicionado el modo de mirar y tratar los antiguos modelos narrativos".