WATTS, ALAN
Este es el último libro de Alan Watts. Una especie de diario póstumo. En cierto modo, su testamento. Pero no por ello vamos a compadecer al viejo y sardónico maestro. Como él mismo dice en una página de este ensayo, «los muertos sólo despiertan compasión en una sociedad enferma».
Watts aborda en este libro-diario una gran variedad de temas: pero hay algo que subyace en todo momento: el arte de sortear las frustraciones, el arte de dejarse llevar por el fluido de la naturaleza o seguir el curso del Tao. Este arte lo posee aquel que ha aprendido a dejar que sus piernas caminen solas, sin interferir con la contradictoria autoconciencia.
Si nos liberamos de la enfermedad clasificatoria de Occidente, si dejamos de aferrarnos a unas hipotéticas permanencias, si penetramos en la inagotable riqueza de lo concreto, habrá de transparecer con toda naturalidad del eterno ahora, es decir, el éxtasis.
El futuro del éxtasis es, en última instancia, el arte de vivir, de respirar, de crear, sin esfuerzo, aquí y ahora.