ABEL HERNÁNDEZ MUÑOZ
Los pájaros carpinteros han sido odiados o venerados por el hombre desde la antigüedad. Esta dualidad de emociones, generadas por criaturas volátiles tan cercanas a la humanidad se debe a dos enfoques distintos sobre estos animales, basados en niveles diferentes de desarrollo del conocimiento humano y la cultura ecológica de los pueblos. Víctimas de la ignorancia, primero se les idolatró y después fueron despreciados. Son aves esencialmente insectívoras, que como guardianes de la floresta, la limpian de insectos destructores de la madera. Los carpinteros son como espíritus de la floresta que velan por su salud y por la reproducción de otros pájaros. Algunas de las especies que integran esta familia de maravillas aladas son exclusivas de determinadas regiones, por lo que se les da el calificativo de endémicas, mientras que otras corren grave peligro de extinción. Son las razones antes expuestas las que nos incitan a luchar porque los carpinteros sobrevivan. Odiados por unos y amados por otros, ellos nos cuentan su historia.
