HUERTAS LÁREZ, RAQUEL
La ilusión es el alimento del alma. Por eso, aquellas personas que presencian como todos y cada uno de sus sueños son destruidos , arrasados, sin ninguna explicación, no siempre consiguen salir de la profunda y oscura cueva en la que han sido abandonados.
Y es que hay veces, que el ángel salvador que viene a nuestro rescate es el mismo que dicta nuestra sentencia de muerte.
Desde los 11 años, escribir fue mi vía de escape. En esos días lluviosos o no, en los que me sentía traicionada por el destino, encima de mi escritorio me esperaban lápiz y papel, dispuestos a soportar mis quejas y ensoñaciones una vez más. Comencé flirteando con la poesía, sin tener ni idea de sus ya establecidas normas y, varios años después, fui entrando en el mundo de la prosa, una prosa cargada de pasión y lágrimas.
Como no podía ser de otra forma, Cartas al olvido comenzó como la necesidad de gritarle al mundo el duelo que mi corazón estaba viviendo. Ahora, poco más de un año después de su nacimiento, estamos a un paso de conseguir que mi grito en busca de auxilio sea escuchado.