Por más que lo hayamos olvidado, en el origen de nuestra Modernidad
sentimientos y razón no eran incompatibles. Todo lo contrario:
resultaban
momentos de la vida que se reclamaban mutuamente. Realmente en el
origen de
nuestras imágenes y conceptos democráticos se sitúa el deseo de educar
los
sentimientos junto con el convencimiento de que la razón ha de ser
sensible.
Haber olvidado esta imbricación y haber relegado a sentimientos y razón
a
campos incompatibles es lo que lleva a las desafecciones que hoy
aquejan a
nuestras democracias (dificultad para engarzar el reconocimiento de la
diferencia cultural, sospechas ante la formalidad de la justicia,
fragmentación de la identidad ...).
La conclusión de este libro es que
mejor nos iría si aprendiéramos a defender sentimentalmente la
ciudadanía
democrática que hemos construido con dificultad y pesar precisamente
desde
la asunción de que no hay ciudadanía que no genere una afección
sentimental.
En esa afección, que no es ajena a la razón, el XVIII nos enseño que
reside
el núcleo de nuestro mundo. Este libro es la historia de esa enseñanza.
Julio Seoane Pinilla es profesor en la Universidad de Alcalá. Estudioso
del
siglo XVIII ha publicado diferentes textos dedicados a la Ilustración
menos
conocida: La política moral del Rococó (2000), La Ilustración
heterodoxa:
Sade, Mandeville, Hamann (1998), La Ilustración olvidada (1999), y ha
preparado la edición de F. Hutcheson, Escritos sobre la virtud y el
sentido
moral (2000) así como distintos artículos en revistas especializadas
sobre
las discusiones contemporáneas de ética y filosofía política.