GAMBRA CIUDAD, RAFAEL
Este es el primer libro de una nueva colección: "Ciudadela pensamiento", dedicada al pensamiento conservador. Así se presenta esta nueva colección:
Ciudadela Pensamiento es una colección dedicada a la reflexión sobre la vida social y política. Desde el enraizamiento en los principios que han forjado nuestra civilización occidental, queremos abrir un espacio al pensamiento conservador tradicional.
No hay verdadero debate si no hay ofertas culturales distintas. Esta colección pretende convertirse en una de ellas.
EL SILENCIO DE DIOS
"En esto reside el gran misterio -y la gran tragedia- del hombre: pierde lo esencial sin darse cuenta de que lo ha perdido". La sociedad occidental ha acabado con el hambre y la pobreza. Vivimos más años, libres de toda atadura y con una infinidad de posibilidades materiales
a nuestro alcance. Sin embargo, la depresión y los suicidios no dejan de aumentar mientras una sensación de hastío e inautenticidad corroe llas entrañas de nuestra sociedad. Y esta sensación brota "del tiempo que corre sin construir", de la vida sin vínculos y sin entrega
que se pierde "en la incoherencia de un mundo carente de sentido y de límites..."
El silencio de Dios posee todas las virtudes de la novedad. En un siglo
en que reina el conformismo del absurdo y del desorden, (...) nada hay más
nuevo ni más insólito que predicar el retorno de las fuentes y
defender la naturaleza y la tradición. Rafael Gambra se sirve de la obra
de Antoine de Saint-Exupéry -especialmente de sus obras El principito,
Ciudadela y Tierra de hombres- para reivindicar el compromiso,
el vínculo, el sentido del rito y de la tradición como el único
medio para lograr una vida realmente humana.
Gambra, con una prosa tan precisa como bella, despieza el absurdo cotidiano
del hombre que malvive preso del desarraigo y de la razón instrumental.
A partir de ahí, inicia un viaje a los estratos más profundos de
la naturaleza humana para descubrir "esa sed que la devora"; el misterio
existencial que nos vincula con el mundo mientras al mismo tiempo buscamos trascenderlo.