ALARCÓN, PEDRO ANTONIO DE
En 1874 aparecía una novela nacional con raigambre, contenido y cariz españoles. La obra en cuestión se titulaba El sombrero de tres picos. Era una novela de costumbres y, como tal, tenía por objetivo reproducir fidedignamente la apariencia y mentalidad de un espacio y un tiempo puntuales. Otros atributos también caracterizaban la obra: el humor y la moralidad. Su argumento era sencillo y poco novedoso, no era allí donde residía el encanto y el mérito de la novela. Se hallaba más bien en la perfección de los retratos, en las descripciones del paisaje, en la gracia de las escenas, en la habilidad con la que se había compuesto el todo, en la riqueza de invención y en su lenguaje.
La novela cautivó al público de inmediato, pero a quienes sedujo sobre todo fue a los críticos.