BARTLETT, W.B.
A mediados del siglo XIII los cruzados difundieron
por Europa una extraña historia que más tarde iba a confirmar Marco Polo: la de
una misteriosa secta de guerreros, conocidos como los hashishiyyun o
"consumidores de hachís", que vivían en las montañas de Siria, practicaban el
asesinato indiscriminado como una forma de terrorismo y tenían como guía y
soberano al "Viejo de la
Montaña". La colorista narración del cronista medieval Jean
de Joinville da idea del terror que la secta despertaba en Europa: "cuando el
Viejo de la Montaña
cabalga, le precede un pregonero armado con un hacha danesa de largo mango
forrado de plata y erizado de cuchillos. Mientras camina, el hombre advierte a
gritos: ‘Apartaos del camino de aquel que tiene en sus manos la vida de los
reyes'". Tras las brumas que oculta la leyenda, se halla la verdadera historia
de una secta chiíta, la de los "nizarís", conocidos hoy como ismailitas, que
cuenta hoy con millones de adeptos en el mundo entero. Este libro se ocupa de
ella con tal riqueza de datos y tanta amenidad que su lectura resulta mucho más
fascinante que el mito que iba a dar origen en las lenguas europeas a una nueva
palabra: "asesino".