ALISSON MARGOTH OCHOA RAGEL
Aquí yacen las memorias de un amor prohibido. A falta de poder contarlas en prosa, he decido narrarlas en verso, una romántica poesía que baila en estas páginas para poder ocultar la tristeza del desenlace de esta relación. Y la escribo a manera de mensaje tallado en una piedra de sepultura porque justo así se siente, poético, seductor, con rima y elegancia pero que al final de todo solo es un enunciado plasmado en una lápida que en su tumba está agonizando un corazón roto. Querido lector acompáñame a recorrer este fugaz pero intenso lazo de cariño que no prometimos alguna vez, él y yo.