El conflicto
árabe-israelí se está convirtiendo en una verdadera guerra de religiones: en
ambos bandos, los pacifistas se han visto desbordados por los «idólatras», ya
sean los colonos judíos o los kamikaces palestinos. Además, los judíos, incluso
los no creyentes, parecen haber entrado en una deriva teológica que les lleva a
interpretar desde parámetros religiosos lo que antes era un problema
estrictamente político y territorial. Ésta es la «prisión judía» que nos
describe Jean Daniel en este absorbente ensayo, un libro imprescindible que nos
habla de la densa historia bíblica y de las contradicciones de un pueblo
«elegido», inmerso en un complejo laberinto.
A contracorriente, y sabiendo que
toca asuntos dolorosos, Jean Daniel desgrana las señas de identidad judía,
marcadas por la Alianza bíblica, la diáspora, el sionismo, el derecho a la
supervivencia y los desastres de una guerra sin solución aparente. La intuición
de que los judíos se han encerrado en una prisión de muros invisibles, y cuyo
carcelero no es otro que Dios, le sobrevino a su autor en Jerusalén, en el año
2000, poco antes de que estallara la segunda Intifada. Y precisamente las
repercusiones mundiales del conflicto entre israelíes y palestinos, entre
judíos y árabes, junto con el Holocausto, nos obligan tal vez a considerar que
meditar sobre la condición judía equivale, en este comienzo del siglo xxi, a pensar en la condición humana.