BELLVER CHANGO, FERNANDO
Él tenía
una sola ventaja: era mayor.
Todos sabemos que hay
un momento en la vida en el que, como por arte de magia, aparece
la inteligencia. Un día cualquiera, a base de cumplir
años, la cabeza y los bolsillos de los pantalones se
organizan. Todo tiene un sentido y un porqué y la cabeza
lo sabe. Ya no salta constantemente de un sitio para otro ni
se deja llevar por otros motivos que los de la razón.
Tengo 48 años
y no pierdo la esperanza.